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Rosa Cañete destaca políticas públicas esenciales para impulsar la igualdad entre hombres y mujeres en la seguridad social

Rosa canete

Rosa Cañete Alonso, directora de Análisis de Pobreza, Desigualdad y Cultura Democrática del Ministerio de Economía.

La directora de Análisis de Pobreza, Desigualdad y Cultura Democrática del Ministerio de Economía, Rosa Cañete Alonso, analiza el “Informe de situación macroeconómica edición especial: Datos desagregados por sexo enero 2024”, en la parte de la cotización a la seguridad social, en la cual destaca que los roles de género y los de cuidados determinan la participación de las mujeres en el sistema de seguridad social contributiva generando desigualdades.

Santo Domingo, República Dominicana. (Febrero). El “Informe de situación macroeconómica edición especial: Datos desagregados por sexo enero 2024”, presenta que la diferencia de afiliación en riesgos laborales es de 7 p.p. y en pensión es de 9 p.p., en ambos casos en detrimento de las mujeres.

“Donde se observan las diferencias entre hombres y mujeres es en los datos de afiliación y cotización a riesgos laborales y pensión, es decir, en aquellos que dependen principalmente de la aportación individual al sistema, a través de su salario en un empleo formal” puntualiza la directora de Análisis de Pobreza, Desigualdad y Cultura Democrática del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, Rosa Cañete Alonso.

Sobre cómo influyen los roles de género y los de cuidados en la brecha a nivel de pensiones, la investigadora puntualiza que la asignación del trabajo de cuidados no remunerado a las mujeres determina su inserción laboral, y por tanto su participación en el sistema de seguridad social. generando importantes desigualdades, sobre todo, en sus derechos socio económicos.

“Al cierre de 2023, había 831 mil mujeres que declaraban estar trabajando en labores de cuidado no remunerado y por esta razón no participaban del mercado laboral, esto es equivalente a un 41% de las mujeres que sí tienen un empleo remunerado”, expresa Cañete, entrevistada para la campaña “Economía es Mujer”, coordinada por la Dirección de Comunicaciones del Ministerio de Economía.

Subraya que este reparto de las labores reproductivas y productivas entre hombres y mujeres las excluye de poder aportar como cotizantes al sistema de seguridad social, también del de pensiones, y por lo tanto, afecta notablemente su autonomía económica en el presente y en la vejez.

Cañete sostiene que, en el Seguro Familiar de Salud, cuya cobertura es casi universal gracias a la expansión del régimen subsidiado por el Estado en el presente gobierno, las diferencias de acceso entre hombres y mujeres se puede decir que ya no existen, aunque aún la calidad de los servicios sea un reto.

La economista analiza el “Informe de situación macroeconómica edición especial: Datos desagregados por sexo enero 2024”, en la parte de la afiliación a la seguridad social, el cual destaca que el promedio de los salarios cotizables de hombres y mujeres en la TSS ha mostrado una convergencia estable en los últimos tres años.

El documento, publicado recientemente por la Dirección de Análisis Macroeconómico del Viceministerio de Análisis Económico y Social, subraya que este resultado no debe interpretarse como la no existencia de brecha salarial, puesto que se deben considerar más factores como las cualificaciones, sectores económicos en donde están empleados, niveles jerárquicos, entre otros.

Políticas públicas

La directora de Análisis de Pobreza, Desigualdad y Cultura Democrática resalta que las políticas públicas esenciales para reducir las desigualdades de género son prioridades en la presente gestión de gobierno.

En ese aspecto, cita la importancia de que se incorpore las trabajadoras domésticas al sistema de seguridad social como una prioridad para mejorar los indicadores de género, por lo que su puesta en marcha es esencial.

También la puesta en marcha de la política de cuidados en el país tiene como objetivo asegurar un cuidado de calidad a quienes lo necesitan y facilitar la inserción laboral de la mujer.

Además, la expansión de la cobertura de los servicios de atención a primera infancia y de adultos con dependencias, permite a la persona que lo cuida, generalmente una mujer, insertarse al mercado de trabajo remunerado.

“Si bien el reto es aún muy importante, en 2023 ha aumentado el número de mujeres con empleo y con seguridad social y ha descendido el número de mujeres que no participan del mercado laboral por estar trabajando en labores de cuidado no remuneradas”, precisa Cañete

Explica que esto ha impactado en la reducción de la pobreza en general, especialmente la femenina, disminuye la histórica brecha de género, e impulsa la economía del país y mejora la calidad de vida de toda la sociedad.

“Es decir, la economía del cuidado es un círculo virtuoso”, enfatiza la economista, quien entiende que economía es mujer, porque sin ésta el sistema económico no se podría sostener, ya que asume gran parte de las labores reproductivas necesarias para que la economía funcione.

Resalta que las mujeres tienen un mayor nivel de profesionalización, por lo que facilitar su incorporación, asegura un cambio en los roles asignados y, es importante para mayor provecho de su educación dentro del sistema económico que se remunera.

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