El desarrollo se reconoce como una meta de alcanzar una sociedad de bienestar, que permita aumentar las capacidades socioeconómicas de las personas, familias, comunidades, organizaciones y empresas. Si bien no hay consenso sobre su significado, debido a que las aspiraciones de las personas y sociedades son subjetivas y muy diversas, a través de los años el término se ha asociado a un vector de variables con objetivos deseados.