Pérdidas provocadas por los fenómenos naturales entre noviembre 2016 y septiembre 2017
Debido a su posición geográfica, la República Dominicana es un país con un alto nivel de exposición ante los embates del cambio climático. Dicha condición ha puesto de manifiesto el alto grado de vulnerabilidad que tiene el país ante fenómenos hidrometeorológicos y climáticos como el incremento de la temperatura promedio, disminución de las precipitaciones, el aumento del nivel del mar, la frecuencia de fenómenos extremos (como los huracanes), los cuales afectan principalmente la región del Caribe. En este sentido, la República Dominicana ha ocupado el puesto número once a nivel global en el Índice de Riesgo Climático Global (IRC) a largo plazo (1996-2015), donde el puesto número uno lo ocupa el país más afectado1.
En términos generales, en la República Dominicana las mayores pérdidas económicas son producidas tanto por escasez de lluvia como por exceso de las mismas: “las sequías, las inundaciones, pérdida de la agroproductividad, la migración de zonas agroclimáticas a mayor altitud, tormentas tropicales, huracanes, incendios forestales y el aumento del nivel del mar que año con año va en ascenso, esperándose que para el año 2100 el nivel del mar incremente 105.67 cm en las costas nacionales” (Ministerio de Agricultura de la República Dominicana, 2014, pág. 3). En este mismo orden, las mayores pérdidas económicas son producidas tanto por fenómenos extensivos como intensivos, es decir, que la magnitud de las pérdidas no son directamente proporcionales a la magnitud del evento: días consecutivos de lluvia pueden causar un mayor nivel de afectación que un fenómeno extremo (huracanes). La ocurrencia de dichos fenómenos golpea negativamente todos los sectores de la economía dominicana, acentuándose aún más en aquellos donde el nivel de dependencia de la actividad económica con el medio físico es mayor, como es el caso del turismo y la agricultura.
Este contexto de vulnerabilidad, combinado con los efectos de los huracanes Irma y María en septiembre del 2017 (ambos de categoría cinco en la escala de Saffir-Simpson), hace imprescindible cuantificar cuáles han sido los principales costos directos de los fenómenos hidrometeorológicos recientes, con el propósito de que los hacedores de políticas públicas puedan mejorar la toma de decisiones que permitan construir resiliencia y capacidades, y de esta forma disminuir los futuros costos de fenómenos climáticos. En este informe se pretende presentar una estimación total de pérdidas directas de los fenómenos en el periodo noviembre 2016-septiembre 2017, distinguiendo las pérdidas causadas por las lluvias acaecidas entre noviembre 2016 - abril 2017 y las pérdidas provocadas por los huracanes Irma y María durante el mes de septiembre 2017. Además, se presenta una breve metodología sobre las pérdidas directas e indirectas provocadas por los fenómenos climáticos y un análisis desagregado de las pérdidas directas según sector afectado y zona geográfica.