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La directora de Análisis de Pobreza, Desigualdad y Cultura Democrática del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, Rosa Cañete Alonso, y la directora general del Programa Supérate, Gloria Reyes, informaron que se ha definido un salario digno que contribuiría a la generación de empleos formales y garantías de seguridad social a las personas cuidadoras.
Santo Domingo, República Dominicana. (Noviembre de 2021). El Gobierno dominicano comenzó en el municipio Santo Domingo Este la formación a personas que desean insertarse en empleos formales de cuidado en el marco de la estrategia piloto Comunidades de Cuidados, que permitirá la certificación y profesionalización de cuidadoras y cuidadores para la calidad de los servicios de cuidado.
La información fue ofrecida por la directora de Análisis de Pobreza, Desigualdad y Cultura Democrática del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, Rosa Cañete Alonso, y la directora general de Supérate, Gloria Reyes, entrevistadas por Karina Alarcón y Alex Barrios en el programa “No se diga más”, por Rumba, 98.5 FM, a propósito de que el Gobierno realizara recientemente el lanzamiento oficial de la estrategia del piloto Comunidades de Cuidado.
La estrategia piloto ha priorizado como poblaciones objetivo a personas que necesitan cuidados como niños y niñas menores de 5 años, personas en situación de dependencia por discapacidad y personas adultas mayores, asimismo a las personas cuidadoras en los hogares más vulnerables, pertenecientes al Programa Supérate.
De acuerdo con la base de datos de SIUBEN y nómina de hogares del programa Supérate, existen al menos 849,327 personas que demandan cuidados en los hogares Supérate entre niños y niñas que ameritan cuidados, envejecientes y personas con discapacidad, que tendrían la oportunidad de beneficiarse de esta política de cuidados cuando sea expandida.
“El cuidado nos afecta a todos y a todas, está presente 24 horas al día, y con esta política vamos a ayudar a una integración laboral y a una reactivación económica más justa, que reduzca desigualdades entre hombres y mujeres y que ayude a los hogares a garantizar un buen cuidado a las personas que lo necesitan”, dijo Cañete.
Recordó que las mujeres ejecutan el 82 % de las horas dedicadas a nivel nacional a tareas domésticas y de cuidado no remunerado, cuatro veces más horas que los hombres. Cañete y Reyes manifestaron que el propósito es que en enero se inicien las acciones en los municipios con las mesas territoriales de cuidados y que en el primer trimestre se comience a proporcionar servicios de cuidados a las familias.
El impacto del piloto
De su lado, Reyes explicó que el piloto impactará al 10% de la población identificada en estos tres municipios que tiene demanda de cuidado, permitiendo probar soluciones innovadoras de cuidado adecuadas a la realidad local para complementar la oferta existente, garantizando estándares de calidad y valor agregado.
Explicó que esta primera fase contribuiría a la generación de más de 1,200 empleos en cuidado para cubrir cerca de 4,350 hogares con demanda en los tres municipios piloto. “Esta intervención detonaría el potencial virtuoso de la economía del cuidado, basada en soluciones colectivas y de responsabilidad compartida entre el Estado, sector empresarial, sociedad civil y las familias”, puntualizó.
La directora general de Supérate dijo que, luego de certificadas en competencias para el trabajo doméstico o cuidado a la primera infancia y/o a la dependencia, las personas cuidadoras contarían con ingresos por salario y protecciones de alrededor de RD$21 mil mensuales, lo que contribuiría a la generación de empleos formales y garantías de seguridad social.
Reyes explicó que la Red de Cuidadoras y Cuidadores, por un lado brindarían servicios a los hogares Supérate y que estos serían subvencionados por el Estado, y por otro, impulsaría la intermediación con hogares particulares que no sean del Programa Supérate, dispuestos a pagar por el servicio domiciliario.
Sostuvo que se trata de una política que impactará, a corto y mediano plazo, a las poblaciones en situación de pobreza y vulnerabilidad del Supérate, y a largo plazo, apostaría a su expansión progresiva hacia un sistema nacional con vocación universal.