CDP y ONGs reconocen labor de funcionario del MEPyD y al Tesorero Nacional
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6 agosto, 2014Diario Libre ‒ A temístocles Montás, integrante del gabinete económico del Gobierno y ministro de Economía, Planificación y Desarrollo desde 2004, se le pregunta ¿qué pasará a partir de este 16 de agosto de 2014? Responde: “Es una respuesta que debería darla el presidente Medina, es él, el que al final tiene el poder de designar a los funcionarios. Vamos a esperar a ver”. Lo importante, empero, “es la continuidad del Estado, a las políticas”, amplía.
Este 16 de agosto, Danilo Medina cumple dos años como Presidente. En ese 50 por ciento de su mandato ha aplicado una política económica, que si bien mantiene la estabilidad y el crecimiento económico, se diferencia de la de su antecesor en que se propone reducir el déficit fiscal del sector público consolidado, desde el 7.9% del PIB que heredó en 2012, según las últimas estimaciones del FMI, a 4.2% al final de 2014. Esto significa un cambio de signo opuesto: de una política de expansión del gasto a una de contracción.
Pero quienes aplican la nueva política económica en su mayoría aplicaron las viejas. En otras palabras, el gabinete económico se mantiene casi intacto. Son ellos, Temístocles Montás, ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, y Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central.
Se le suma Simón Lizardo, ministro de Hacienda desde agosto de 2012, pero que en el gobierno de Leonel Fernández se desempeñó como Contralor General de la República, que es el órgano de control interno de las finanzas públicas.
El gran ausente es Vicente Bengoa, ministro de Hacienda hasta marzo de 2011, cuando fue destituido por el presidente Leonel Fernández, para ser nombrado inmediatamente administrador del Banco de Reservas. En ese puesto lo sustituyó a quien desplazó del banco estatal: Daniel Toribio.
A Temístocles Montás, que el 16 de agosto cumple 10 años en el puesto, se le considera como uno de los funcionarios con mayor visión social, y dueño de una perspectiva de largo plazo sobre la economía, fundamental para el desarrollo económico. Se recuerda sus recurrentes declaraciones sobre los temas de la desigualdad, la pobreza y el tema de endeudamiento público, cuestiones sobre las que su ministerio periódicamente emitía informes. También se recuerda fricciones en el pasado por informes sobre la pobreza y desarrollo humano con entidades multilaterales o vinculadas a ellas, como son la Oficina Nacional de Desarrollo Humano, del PNUD, y el Banco Mundial (este último en torno a informes sobre la pobreza).
En los 10 años de gestión frente a ese ministerio (que antes de la Constitución del 2010 se llamaba Secretaría Técnica de la Presidencia), la reforma del Estado dio un salto de garrocha. Se implementó la Ley de la Seguridad Social (aprobada durante la administración de Hipólito Mejía durante el cuatrienio 2000-2004), se aceleró otros programas de protección social; se promovió, aprobó y empezó a ejecutarse la Ley sobre Estrategia Nacional de Desarrollo RD 2030; se creó el sistema de inversión pública, y se centralizaron los procesos de endeudamiento público, y ciertamente bajó la pobreza desde los niveles cercanos al 48% en que se encontraba la población.
Ese proceso de reforma, en gran parte se desarrolló bajo los programas de vigilancia financiera del Fondo Monetario Internacional (FMI), y con el apoyo de instituciones multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial. Cambió la fisionomía institucional del Estado dominicano.
Pero la gestión del gabinete económico es cruzada por la sombra del endeudamiento. Al 31 de agosto de 2004, la deuda pública del Gobierno Central era de US$6,585 millones, equivalente al 29.1% del PIB. Al 31 diciembre de 2012, ese capítulo ya estaba en US$19,463.2 millones (33% del PIB), y ha estado subiendo, hasta alcanzar los US$23,692.2 millones, a junio de 2014, (lo que representa el 38% del PIB) A estos montos se le debe sumar otros 10% del PIB que representa la deuda del Banco Central, para elevar la deuda del sector público consolidado a 48% del PIB. Se trata de un legado, en parte de la crisis económica internacional del 2008, y en parte, de las acciones de un equipo económico, dueño de sus aciertos y sus desaciertos.
El nivel de deuda es “un punto realmente preocupante, aunque manejable”, puntualiza Montás.
Las tensiones en un equipo muy articulado
El Ministerio de Economía manejaba la política fiscal “de forma medular” hasta el año 2007, explica Temístocles Montás. Recuerda que en ese año, inclusive, había superávit fiscal. Pero a partir del 2008, su manejo pasa a la Secretaria de Hacienda. Y desde ese entonces fueron recurrentes los déficits fiscales, “algunos explicables (como el de 2008), y otros no tan fácilmente explicables”, expresa el funcionario.
En ese momento, Hacienda era dirigida por Vicente Bengoa. Se le pregunta si existía tensión entre ambos ministerios. Responde: “Sí, era notorio, eso no puede ocultarse”. “De mi parte, el interés obviamente es que siempre se actuara sobre la base de la garantía de la sostenibilidad de las finanzas públicas”, explica el ministro Montás.
Entre 2008 y hasta 2012 , la deuda creció en US$8,244 millones, lo que representó un aumento de 8.5 puntos porcentuales del PIB. Durante estos años, al igual que en el presente, el Ministerio de Hacienda es la institución encargada de “manejar la deuda”.
El incremento de la deuda y el déficit fiscal del 2012, es lo que el ministro de Economía entiende que “debe explicar el Ministerio de Hacienda”.
Tras la toma de posesión de Danilo Medina, se debió formular el Presupuesto del 2013. En ese entonces, Montás debió dar la cara ante el Gabinete Económico y Social, que reclamaba transparencia. En esa reunión naufragó el intento de alcanzar el Pacto Fiscal, que es parte de la Estrategia Nacional de Desarrollo.