Experto de la CEPAL elogia el sistema de planificación dominicano
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3 febrero, 2015Publicado en el diario HOY 03-02-2015
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Manuel Jiménez
Especial para Hoy
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“El gran objetivo del desarrollo es la igualdad”, afirmó el doctor Jorge Máttar-Márquez, economista con maestría en Cambridge, considerando que “desarrollo no es igual a crecimiento económico y el crecimiento, por muy elevado y sostenible que sea, tampoco necesariamente trae igualdad”.
Para el director del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los países tienen que establecer una relación clara entre el crecimiento, la desigualdad y el desarrollo.
“El desarrollo es un concepto relativo y multidimensional que una de sus expresiones tiene que manifestarse en el territorio. No basta plantear que tenemos una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de un 5%… que tenemos políticas sociales… que tenemos esos grandes promedios nacionales que pueden ocultar grandes desigualdades en el territorio”, advierte este doctor con
maestría en Economía de la Universidad de Cambridge, Inglaterra.
Por su experiencia como experto de la CEPAL ha constatado que “el proceso de desarrollo no se da automáticamente. No es el mercado el que lo resuelve, sino que es el Estado el ente articulador de las estrategias de desarrollo”.
Al intervenir como conferencista en el seminario taller “Conformación del Sistema Nacional de Ordenamiento Territorial en la República Dominicana”, celebrado el jueves y viernes pasados, Máttar-Márquez afirmó que en los últimos años la planificación avanzó mucho y con ella también el desarrollo territorial.
Para Máttar-Márquez está claro que “la desigualdad limita, restringe… las posibilidades de un desarrollo sostenible”.
Ante un auditorio de legisladores, ejecutivos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), de otras instituciones del Estado y de gobiernos municipales, el experto dijo que han quedado atrás las tesis que planteaban que hay que generar riquezas para luego repartirlas.
“Hay que crecer para igualar y hay que igualar para crecer. Es un proceso que se alimenta mutuamente”, puntualizó, porque a su juicio “el problema no es solo crecer, sino también buscar resultados en el bienestar colectivo de la gente”.
Como punto de partida, Máttar-Márquez expresó que la distribución de los recursos naturales no es homogénea porque tanto en el planeta como en la región de Latinoamérica –una de las más ricas- se distribuye muy heterogéneamente, dando una primera dimensión de la desigualdad.
Por su experiencia en la CEPAL este economista también sabe que la actuación de los seres humanos obra para restringir las capacidades de desarrollo en los territorios.
“Tenemos territorios sobrepoblados y regiones mucho menos pobladas. El acceso a los bienes y servicios también es muy diferenciado. Hay gente de zonas apartadas con dificultades enormes a bienes y servicios”, indicó Máttar-Márquez, tras agregar que en América Latina hay índices de concentración económica muy concentrados.
La solución de un problema de esa dimensión no puede dejarse correr, porque a su juicio, “en la medida en que esto se profundiza, es más difícil romperlo. El mercado no lo va a resolver. Ahí es que entra el Estado”.
Otro elemento determinante es la existencia de fenómenos de segregación urbana, por lo que en su opinión “la probabilidad de que tengamos éxito en la vida familiar tiene mucho que ver con el lugar en que se nace. Si naces donde el índice de pobreza es elevado, es muy probable que reproduzcas esa realidad”, por lo que ahí debe entrar el Estado para romperla.
Consideró que constituye un derecho natural del ser humano disfrutar y usar del territorio. “Hay que recuperar el derecho del ser humano a la ciudad (no es para autos, tiendas) para que puedan acceder a los bienes y servicios que esa ciudad provee: trabajo, salud, educación, vivienda…”, subrayó Máttar-Márquez.
Como conferenciante principal del seminario-taller organizado por el MEPyD, a través de su Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial (DGODT), Máttar-Márquez cautivó a su auditorio al plantear que tres elementos centrales centrados en el derecho tienen que normar la gestión del territorio.
“Es fundamental el ejercicio pleno de la ciudadanía con derechos humanos para lograr el bienestar colectivo de los habitantes y la producción y gestión social del hábitat”, anotó como primero.
Luego señaló que es necesaria una gestión democrática de la ciudad en la que se han dado pasos importantes en la práctica democrática con una participación directa de la sociedad en la planificación y el gobierno de las ciudades.
“Hoy no podemos pensar en el diseño de la planificación en el quehacer de lo público sin contar con esa participación ciudadana”, sentenció el experto de la CEPAL.
La virtud de la Estrategia
Dijo que el hecho de que la Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana se haya discutido en forma abierta con la sociedad, “da una gran oportunidad para que se puedan materializar las metas planteadas. Es una participación ciudadana que se empodera de esas grandes aspiraciones como país, lo mismo en la ciudad como en el territorio”, agregó.
Máttar-Márquez abordó lo que se puede considerar un tema espinoso: El derecho individual de la propiedad. Para él, en materia de planeamiento del desarrollo tomando en cuenta la dimensión territorial, “lo que es socialmente justo y ambiental sustentable del espacio”, tiene que gerenciarlo el Estado.
“Cuando hablamos de ordenamiento territorial es muy clara la predominancia del interés público sobre los intereses individuales. El Estado tiene esa potestad de emplear su poder de legitimidad para plantear restricciones en el uso del suelo”, puntualizó Máttar-Márquez.
Este experto explicó que la CEPAL sostiene que el desarrollo tiene que ser sostenible, incluyente, y con igualdad.
“Tenemos que incluir un proceso desde las diferentes dimensiones, no solo los aspectos físicos, también tenemos que hablar de descentralización, tener en cuenta la estrategia de descentralización”, sostuvo.
A su juicio no hay que descentralizarlo todo porque la descentralización no es una panacea, pero aconsejó tomar en cuenta la visión de cada país y a la visión de largo plazo que se tenga planteada.
“Es indispensable porque el ordenamiento del territorio no es asunto de un período de gobierno, no es asunto de uno a cinco años, es un asunto de largo plazo que hay que empezar ahora”, concluyó Máttar-Márquez.
En relación con la gobernanza de los recursos naturales, Máttar-Márquez señaló que República Dominicana es uno de esos países que tienen una gran riqueza. “Hay que gobernar los recursos que vienen de la riqueza natural para ver quién se apropia –y cómo- de los ingresos, de las regalías y de las rentas (impuestos). No es un asunto que debemos dejar al mercado”, advirtió este experto del ILPES-CEPAL.