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24 septiembre, 2024El economista e investigador, Pável Isa Contreras, sostiene que acelerar el paso hacia una prosperidad más compartida requiere de una fiscalidad robusta, de instituciones fuertes para la equidad como la seguridad y la protección social, de instituciones para la transformación productiva, de mayor profundidad democrática y de alianzas entre el Estado y los actores no estatales que les den más tracción a las intervenciones públicas.
Santo Domingo, República Dominicana (Septiembre de 2024). El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Pável Isa Contreras, planteó la construcción de instituciones para el desarrollo con la finalidad de acelerar la transición hacia una sociedad de más bienestar.
En ese sentido, el economista señaló la existencia de paradigmas académicos que proponen que el desarrollo, la prosperidad y el bienestar de los países dependen de las instituciones que éstos logren construir.
“Las instituciones se entienden como las reglas y las prácticas que las sociedades adoptan y que condicionan el comportamiento de la gente y de las organizaciones”, puntualizó el economista e investigador, en un artículo publicado este martes 24 de septiembre en el periódico El Caribe.
A raíz de esta doctrina académica, señaló cinco instituciones “que debemos construir o fortalecer para acelerar la transición hacia una sociedad de más bienestar”: instituciones fiscales robustas, instituciones para la equidad, instituciones y políticas para el desarrollo productivo, instituciones democráticas y las alianzas.
En cuanto a las instituciones fiscales robustas, sostiene que “en el esfuerzo por impulsar el desarrollo, el rol del Estado es insustituible. Esta es la única institución capaz de proveer o asegurar la provisión en cantidades suficientes de bienes públicos o meritorios que son indispensables para generar bienestar inmediato o para crear las condiciones para que esto sea posible en el corto y largo plazo”. Agregó que en este orden se encuentran cuestiones como la protección ambiental, la infraestructura básica, la seguridad pública, la educación y la salud.
Al referirse a las instituciones para la equidad, destacó que la prosperidad y la equidad están indisolublemente ligadas. Puntualizó que solo puede asegurarse que se construye bienestar cuando éste alcanza a la mayoría y ésta, de forma creciente, puede ejercer sus derechos fundamentales y aprovechar oportunidades.
“Pero eso no sucede de manera espontánea. Hay que construir instituciones, políticas y prácticas orientadas a la construcción del bienestar en diversas áreas”, afirmó.
Resaltó que una pieza clave de la institucionalidad para la equidad es dotarnos de servicios básicos de calidad de acceso universal como los de agua potable y saneamiento, educación, salud y seguridad pública. “Esto depende, en buena medida, de un fisco que apoye y de la suficiencia, efectividad y equidad de las tarifas que algunos de estos servicios puedan aplicar con justicia”, añadió.
Instituciones y políticas para el desarrollo productivo
Al respecto, el ministro precisó que, por fortuna, quedó atrás la época en que los términos “políticas para el desarrollo productivo” o “políticas industriales” era una “mala palabra”. “Ahora estamos seguros de que la transformación y modernización productivas también dependen de las instituciones y políticas públicas que creen entornos favorables para la inversión y que inviertan en y faciliten el aprendizaje tecnológico”, indicó.
Agregó que es esto lo que permite acelerar la expansión de la base material y crear más y mejores empleos, algo clave para el bienestar. “Construir esas instituciones supone reducir los énfasis en los incentivos tradicionales y enfocarse en regulaciones y prácticas que fomenten el escalamiento tecnológico y la llamada “transición verde” en sectores prioritarios, como la agroindustria y las industrias de exportación. En la agroindustria, se trata de tecnificar el riego, gestionar bien el suelo para sacarle más provecho y protegerlo y adoptar mejores variedades de cultivos”, indicó.
Instituciones democráticas
Isa Contreras consideró que “debemos ir más allá de las formalidades democráticas. Esto supone construir mejores partidos políticos y más representativos; regulaciones electorales más efectivas para que prevalezcan los intereses colectivos frente a los individuales y pecuniarios, organizaciones civiles más fuertes y con más voz; así como, mecanismos más efectivos de participación”.
A su vez, indicó que construir instituciones políticas para el desarrollo también significa fortalecer los espacios de participación social en las decisiones de políticas, programas y proyectos públicos como los consejos provinciales y municipales de desarrollo. “En el pasado cuatrienio se lograron avances demostrables en esa dirección y hay que profundizarlos para que la voz de la gente se haga sentir en las decisiones y en el presupuesto público”, destacó.
Alianzas
En cuanto a las alianzas, consideró que hay que apostar a las alianzas público-sociales, a acuerdos más transparentes y efectivos entre el Estado y las organizaciones civiles para alcanzar logros tangibles en poblaciones concretas en temas como la salud, los cuidados, la economía o la cultura.
Precisó que esas organizaciones pueden ser más efectivas que el Estado para muchas tareas, pero necesitan estar alineadas y contar con el respaldo y acompañamiento público. En ese tenor, Isa Contreras, señaló que hay que darle fuerza, a partir de cuestiones concretas como la lucha contra el sargazo o la producción de semiconductores, a la llamada triple hélice que es la alianza entre las academias, el sector privado y el Estado para avanzar en materia de innovación productiva y desarrollo tecnológico. Enfatizó que sin las academias es difícil lograr alcanzar transformaciones productivas de calado.