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23 noviembre, 2017Santo Domingo.- El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) constituyó un grupo técnico para alcanzar una medición del déficit habitacional conforme una metodología apropiada a las condiciones del país, pero ajustada a los estándares que la hagan comparable internacionalmente.
El titular del Ministerio, Isidoro Santana, explicó que contarán con la participación de diferentes instituciones públicas vinculadas con la preparación de las estadísticas y la política habitacional, y que contará con la colaboración del Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
“A sus trabajos han sido invitadas organizaciones de la sociedad civil interesadas en el tema, y se espera que en el término de un mes se cuente con una metodología uniforme”, adelantó el funcionario.
Mientras tanto, Santana explicó, que se recomienda que para fines de discusión y de formulación de políticas públicas sea utilizado el dato arrojado mediante estimación de la Unidad Asesora de Análisis Económico y Social del MEPyD , según la cual, en el 2016 en el país hay un déficit cuantitativo o necesidad de unidades de viviendas de 281 mil y un déficit cualitativo o que necesitan reparación o servicios básicos de 509 mil, para un déficit total de 790 mil unidades.
Manifestó que esto equivale al 26% de los hogares existentes en el país, lo cual indica que se trata de un problema grave, pero que jamás alcanza la cifra del 82% de los hogares de República Dominicana.
“Seguir difundiendo datos de esta magnitud, aunque puede estar revestido de la mejor de las intenciones, puede afectar negativamente la imagen del país, de un país cuya actividad económica se fundamenta en gran medida en el turismo”, advirtió Santana.
Comentó que recientemente, a raíz de algunas publicaciones de organizaciones ciudadanas del país y el exterior, se ha puesto sobre la palestra pública el tema del déficit habitacional, lo cual considera positivo y que el Estado debe valorar y aportar para que los problemas sociales se estudien y diluciden abiertamente hasta encontrar soluciones.
Sin embargo, Santana expresó que algunos problemas metodológicos no aclarados lo suficiente han contribuido a cifras en que prácticamente todos los problemas sociales que tiene el país, expresados en pobreza, carencias en acceso de agua potable, saneamiento básico, electricidad, seguridad ciudadana, calles asfaltadas, medioambiente entre otros, quedan englobados en el término déficit habitacional.
El funcionario resaltó que según estas cifras se catalogan como en déficit unos 2.2 millones de viviendas, de un total de 2.6 millones o bien de carencia para más del 82% de los hogares.
“Todavía más, no solo aparece que la inmensa mayoría de las familias se encuentran en déficit de vivienda, sino que se argumenta que dicho faltante se ha venido incrementando año tras año en las últimas décadas”, expresó el ministro.
Para Santana esto contrasta con la percepción que recibe cualquier observador al recorrer campos, pueblos y ciudades y aprecia cómo proporciones cada vez mayores de la población se dotan de nuevas viviendas, se establecen en otras de mejor calidad o amplían y mejoran las que ya tenían aprovechando las oportunidades que da el sistema financiero, o bien las facilidades derivadas de las carreteras, calles, escuelas, u otra infraestructura que construye el Estado.
Explicó que si bien es cierto que dichas cifras pueden fundamentarse en definiciones aceptadas por ciertos organismos internacionales, no siempre hay coincidencia entre los tratadistas en cuanto a metodología de medición del déficit o calificación del parque habitacional.
Indicó que dicho concepto normalmente se asimila a la cantidad de unidades habitacionales faltantes, familias que viven hacinadas, o de viviendas que por sus condiciones estructurales o sitio riesgoso de ubicación no ofrecen la suficiente protección frente a las inclemencias ambientales.
Puntualizó que la magnitud del déficit habitacional se utiliza para identificar los desafíos que se observan en materia de construcción de nuevas viviendas, así como para cuantificar las reparaciones que se deben llevar a cabo en viviendas que por sus condiciones físicas o carencias de servicios básicos, ameritan ser mejoradas.
Santana explicó que lo que ocurre con algunas cifras es que se incluyen como déficit habitacional lo que en realidad es déficit del servicio de agua potable, que es un problema diferente y requiere un tratamiento diferente.
Indicó que también amerita un tratamiento distinto lo que podría ser un déficit de cobertura de electricidad y no computarlo como déficit habitacional.
Sostuvo que en muchos lugares hay viviendas con excelentes condiciones estructurales, pero con sus propios medios de abastecimiento de energía o, sencillamente, sin acceso a electricidad.
Puntualizó que tampoco debería confundirse el déficit habitacional con lo que es un déficit de urbanismo o de ordenamiento territorial, debido a que hay casas de buena calidad en lugares no adecuadamente urbanizados, sin calles asfaltadas o servicios de saneamiento básico.
Políticas del Gobierno
Santana expresó que el Gobierno reconoce la magnitud del problema del déficit habitacional y tiene entre sus objetivos aplicar políticas adecuadas para enfrentarlo.
Consideró fundamental que se reconozca que los servicios básicos de agua, saneamiento y electricidad, urbanismo y ordenamiento territorial son responsabilidades públicas indelegables, pero al final, la casa es un bien privado.
“El Estado está en el deber de aplicar una política habitacional efectiva que facilite y viabilice que los hogares adquieran, construyan o mejoren sus viviendas, pero al final, la responsabilidad última es del propio hogar”, dijo Santana.
El déficit de viviendas en sentido estricto (espacio de alojamiento) difícilmente puede ser solventado directamente por el Estado, mucho menos en sociedades como la dominicana que tiene grandes carencias en los servicios, explicó.
“El Estado tiene que concentrar su atención fundamentalmente en esos servicios”, concluyó Santana.