El MEPyD capacitará a cabildos en formulación planes inversión municipal
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6 octubre, 2016Santo Domingo.- Más que un pacto fiscal, el ministro de Economía dominicano, Isidoro Santana, considera que lo que necesita el país es un pacto social, un pacto por la gobernabilidad democrática. Puso como ejemplo el Pacto de la Moncloa que suscribieron en 1977 las fuerzas económicas, políticas y sociales españolas tras la dictadura de Franco.
“La sociedad dominicana también tiene mil problemas que demandan de una solución fiscal, por lo que tiene que mirarse al espejo (como España) y determinar si lo que ve reflejado en él en estos momentos es lo que desea o si necesita cambiar”, aconsejó.
El ministro pronunció anoche la conferencia “Políticas públicas y fiscalidad en la República Dominicana: desafíos y oportunidades”, auspiciada por el Centro de Capacitación en Política y Gestión Fiscal del Ministerio de Hacienda, en el marco de la XIX Feria Internacional del Libro, en el salón Aída Cartagena de la Biblioteca Nacional, informó la Unidad de Comunicaciones del Ministerio de Economía.
Santana sugirió primero diferenciar entre bienes públicos, aquellos que tienen que ser provistos a la sociedad por el Estado, y aquellos que son satisfechos de manera individual o privada.
“Ahí es cuando las sociedades tienen que tomar la gran decisión de cuánto aportar para la provisión de bienes públicos o persistir en satisfacer de manera privada la mayor parte de las necesidades, el pagar educación privada, salud privada, transporte privado, policía privada, tener inversor y sistemas de abastecimiento de agua también privados”, comentó.
Dijo que para quien puede pagarlo todo eso luce maravilloso, pero ello es característico de sociedades muy desequilibradas, en las que la inmensa mayoría de la gente no puede pagar esos bienes y servicios.
El economista subrayó que además, todas esas sociedades suelen destinar una baja proporción del ingreso nacional a la satisfacción de necesidades colectivas, y se caracterizan por la escasa solidaridad social.
Recordó que la Estrategia Nacional de Desarrollo ordena firmar un pacto fiscal que prefirió designar como “renovación del gran pacto nacional”, acometido por las sociedades cuando entienden que no llegarán a ningún lado por el camino escogido.
“Un pacto fiscal define no solo cuántas necesidades serán satisfechas por medios públicos y cuántas por medios privados sino cuántos de nuestros ingresos serán aportados a ese fondo común para satisfacer las necesidades colectivas; esa porción es lo que llamamos carga tributaria, el cómo se va a financiar y quién pagará los costos”, definió.
Agregó que también implica acordar a qué se compromete el Estado y los demás agentes sociales para garantizar la sostenibilidad fiscal, debido a que a fin de cuentas al Estado no se le puede pedir más de lo que se le aporta, pero también el Estado tiene que comprometerse a usar ese “dinero sagrado” del contribuyente para satisfacer de manera exclusiva las necesidades públicas. El Estado no está para proveer bienes privados, no está para complacer peticiones individuales, sino colectivas.
En otro orden, el ministro de Economía ratificó que siempre favorece que el Estado incentive su aparato productivo pero no mediante exoneraciones impositivas.
Santana indicó que gran parte del pacto social sugerido por él tiene que implicar acuerdos sobre hasta dónde el país puede endeudarse y fijar límites, tema respecto al cual dijo que desde hace tiempo en el gobierno existe el convencimiento de que la deuda pública es un asunto que requiere adecuada atención.
También hay que abordar lo relativo a la deuda cuasi fiscal, resultante del “terrible error” de haber pagado con dinero público un enorme fraude bancario, la cual se ha dejado crecer en lugar de buscarle una solución.
“Otro tema es la derogación de una enorme cantidad de leyes que imponen rigidez presupuestaria. En el país teníamos desde el 1997 la ley que disponía la obligatoriedad de aportar el 4% del producto a la educación, hasta que el presidente Danilo Medina tomó una de las decisiones más valientes que se hayan tomado en el país en término fiscal”, reconoció.
Empero dijo que hay decenas de leyes más que destinan porcentajes presupuestarios al Congreso, a la Cámara de Cuentas, a la Junta Central Electoral, a la Justicia, al Ministerio Público, etc. que cuando se suman queda sólo el incumplimiento de esas leyes, lo que también consideró debe ser motivo de discusión.
Destacó las limitaciones a que se enfrenta el trabajo de formular un presupuesto con tantas estrecheces, “A sabiendas también de cuántas irracionalidades hay, de cuántos desperdicios hay por otros lados que tienen que ser corregidos, pero que cuando sean corregidos nos daremos cuenta de cuánto nos falta todavía, porque no es verdad que con una carga tributaria como la nuestra, de 14%, ningún país del mundo, por muy bien que use el dinero, podrá resolver los problemas públicos”, concluyó.